ELLA Y EL

04.02.2015 13:30

No nos miramos de verdad. No nos tocamos de verdad, apenas nos dijimos nada. Sus ojos demasiado grandes en la piel de porcelana, y esa manera extraña de pedir perdón por sonreír. Sus labios, que revoloteaban como un copo de nieve perdido en una playa estival, y yo, que trataba de cazarlo con mi nevera demasiado grande. Un cataclismo disfrazado de beso en miniatura. Más poderoso que un ejército de rayos. El beso más pequeño nunca visto.